A los que nos gusta escalar, siempre es un buen momento para dejarlo todo, escaparnos a la montaña y practicar nuestro deporte preferido. Esta ilustración evoca esos momentos que pasamos en compañía de nuestros compañeros de fatiga, desde que llegamos y ordenamos y preparamos todo el material mientras contamos anécdotas de la última jornada… ya sea por la mañana o por la noche son instantes de desconexión con el trabajo diario y nuestros problemas o responsabilidades, para conectar realmente con la madre naturaleza y nuestro ser interior. Donde realmente intentamos vencer nuestros propios límites y donde encontramos la tan ansiada paz que buscamos.
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